02 noviembre 2006

Grasa de pato


-Mamá, el lavavajillas se ha atascado. ¿Te acuerdas de la cassolette del fin de semana? Pues puse los platos dentro y ahora todo sale con pegotes de grasa de pato.
-Vaya, cielo, pues no sé qué decirte. Espera que le pregunto a tu padre.

[...]

-Que dice tu padre que mires el filtro, que se ha debido "obturar".
-Ajá, el filtro. Vale, mamá ya lo miro. Gracias.

El manual de instrucciones de un electrodoméstico es la lectura más apetecible para una tarde de miércoles dominical. O al menos ayuda pensarlo así. Después de pasear por las secciones Instalación, Componentes, Uso, Averías, Problemas y Soluciones, he aprendido mucho acerca de la cultura de los lavavajillas e incluso sé como desmontar y volver a montar el filtro. Pero los platos siguen saliendo sucios.

En ocasiones me da por pensar que nos estamos complicando demasiado la vida. Con nuestra tecnología digital, nuestros estudios sobre inexistentes mercados emergentes y nuestra preocupación por una globalización en la que cada pieza se mueve en una dirección distinta. Nuestros padres saben menos de lo que sabemos nosotros. Porque lo que saben de más, ya no sirve para nada. No queda nadie a quien consultar.

Y lo que es peor, lo que siempre ha sido un desastre: nadie enseña a las personas a ser personas. Todo lo que importa es el conocimiento pero se olvida lo esencial, el comportamiento. Se supone que, después de nacer, cada cual debe aprender por sus propios medios a tratar a las personas, a satisfacer su vida mental, a capear los escrúpulos morales, a cubrir las necesidades básicas...

Quizá, el día en que se abra una escuela en la que enseñen a amar vuelva a recuperar la esperanza. Tal vez, para entonces, consiga mitigar un poco esta sensación de que nos estamos equivocando sin remedio.

8 comentarios:

Ale dijo...

Está claro que no nacemos con un manual debajo del brazo, pero creo que esa escuela de la que hablas querida, es la familia. Nuestros padres saben menos que nosotros en conocimientos, quizás,pero no menosprecies lo que saben de más. La experiencia es un grado. Los sentimientos de amor, de generosidad, de entrega, de compromiso, de responsabilidad y de comportamiento, se gestan en el nucleo familiar y se transmiten de padres a hijos. O al menos, asi lo intentamos. El ejemplo; el mejor manual.

Alice ya no vive aquí dijo...

Cuanto más avanzan estos tiempos en que vivimos, más segura estoy de que retrocedemos de alguna manera, como si el abuso de las tecnologías permitiera atisbar que llegará un punto en que todo saltará por los aires y tocará empezar de cero. No en vano dicen que la historia es cíclica.

Quizá deberías plantearte la posibilidad de lavar los platos a mano, por aquello de evitarte estos problemas insustanciales de fondo y contribuir activamente en eso llamado Medio Ambiente ;-)

Respecto a los manuales de vida, mucho me temo que no sólo no los repartieron a tiempo, si no que de tanto probar a tocar botones sin pararse a escuchar, se está produciendo, más que incomunicación, un desgaste irreparable.

Amar debería ser algo que viniera de serie. Me pregunto si será así, sólo que hay que saber cómo ponerlo en marcha.

Nos estamos equivocando sin remedio, de eso no te quepa duda. Y a falta de escuelas, supongo que por otro lado habrá que empezar ¿no?

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Pues menos mal que no se te ha roto el coche!

No sé si una escuela para amar, pero sí para ponerse en el lugar del otro, o una del respeto...

Eulalia dijo...

No es una sensación, bruja, es una realidad: nos estamos equivocando remediablemente, pero somos demasiado perezosos para ponernos a hacerlo mejor.
En el período entreguerras del s.XX todo el mundo fue testigo de cómo el fascismo iba calando, pero todo el mundo se empeñó en que la cosa no llegaría a mayores.
Y ya ves.
A veces entra mucho cansancio, pero no queda otra que ser coherente.
Un beso.

Eulalia dijo...

Y gracias por el enlace. Yo no sé hacerlos ni lo haré mientras no venga mi hijo y tú no me dés permiso.

susej dijo...

Si que enseñan, sólo hay que saber observar atentamente...
...o eso dicen.

Wanda◦○ dijo...

Pues si, si tuvieramos todos un manual de instrucciones sería todo más fácil. Manuales con titulos como "Funcionamiento de su pareja", "Asi es su vecino", "Las amistades y sus instrucciones", "Conocete y ahorrate tiempo" etc ... etc ... sería más fácil pero todo más mecanico y por ende, más aburrido .....

Oye eso de un miércoles dominical me gusta. Veo que a la bruja se le da mejor eso de relajarse sea cual sea el momento. Me gusta.

Wanda◦○ dijo...

Ah se me olvidaba, cuando los restos de comida son tan pegajosos no hay filtro que valga, lavalos a mano y con un buen estropajo. No hay lavavajillas para la grasa de pato.
Estooo .... que conste que yo no como pato, ya lo sabías ;0P
... pero no es por la grasa ni por el filtro, es que tenía una mascota llamada Lucas. Un pato. No suelo comerme a las mascotas.