04 diciembre 2006

Dispersión... hacía mucho tiempo que no usaba esta palabra

"Julieta, ya desde muy pequeña, odiaba las frases hechas. Era un odio ajeno a cualquier manía irracional, pues estaba fundado en un profundo trauma infantil. Cuando apenas contaba cinco años, Julieta perdió a sus padres en el supermercado. En ocasiones le gustaba estar sola para admirar las orondas formas de los boniatos o para adivinar cual era el huevo más grande de toda la estantería. Aquel día, cuando ya se había aburrido de estar perdida, volvió a por sus padres al pasillo de las conservas. Pero allí donde esperaba encontrar a su agobiada madre solo halló vacío.

Repitió la operación en los lácteos, las bebidas y la fruta. Con el mismo resultado. Cada fracaso hacía que su desasosiego alcanzase cotas impropias para una chiquilla de su edad. Después de realizar un último intento en los quesos, Julieta se sentó en el suelo y se puso a llorar como una madalena. Tengo los nervios de punta, pensó. Era una frase que había escuchado mucho a su madre...."


Estaba escribiendo esta historia. Había pensado que sería divertido que las frases coloquiales traspasen la barrera de lo metafórico para convertise en expresiones físicas. El caso es que, conforme la escribía, la idea se ha ido diluyendo y he sido incapaz de recuperar la concentración necesaria para volver a formarla.

Es un insistente ruido de fondo el que me impide sacar a la luz los sueños de mi acelerada cabeza. ¿Por qué no puedo acallarlo? ¿Qué es lo que lo hace tan fuerte? No consigo contestar tampoco a esas preguntas. Supongo que el raciocinio también está afectado por las interferencias. ¿Acabaré por sucumbir a esta sordera perceptiva?

No debería asustarme tanto. No debería perseguir las explicaciones con tanto ahínco, como si el sentido fuese lo único relevante en mi existencia. Me tumbaré un rato en el sofá para escuchar con calma el rumor, al abrigo de la manta de cuadros. Me imaginaré yaciendo a la orilla del mar, meciéndome en el rítmico soniquete de las olas rompiendo perezosas. Tal vez tanto zarandeo auditivo me traiga un plácido sueño y tal vez, mañana, esta ridícula tontería se haya volatilizado.

5 comentarios:

Eulalia dijo...

Ten cuidao con lo que fumas, Witch. :DD
Un besuco.

Anónimo dijo...

No sé si mañana pero se acaba marchando.

Alice ya no vive aquí dijo...

A veces se ha de disfrutar de la dispersión y no precipitar la inspiración que se atora.

Anónimo dijo...

Sí, llega un momento en que deja de ser productivo buscar en los porqués y empieza a preguntarse cómos.

Anónimo dijo...

me encantan las frases hechas