14 diciembre 2006

El límite de la ambición


Reconozco habérmelo repetido hasta la saciedad, pero esta vez va en serio. Voy a escribir un libro.

No sé cómo se escribe un libro, ni siquiera me he interesado por las técnicas de escritura o los procesos creativos. Imagino que cada autor encontrará una manera que se ajuste a su ritmo y capacidades. Así que he decidido crear la mía.

La primera decisión que he tomado ha sido comprarme un cuaderno. Uno de esos cuadernos grandes que contienen hojas de diferentes colores. Me gusta utilizar el boli bic y el ordenador atenaza demasiado mi creatividad, me obliga a ser mucho más formal y purista. Deseo disfrutar de los trazos y enlazar las palabras sin la tensión del editor de texto.

Comenzaré el trabajo elaborando un catálogo de curiosidades personales que recopilaré de entre mis viejos escritos. En este compendio incluiré detalles de comportamiento que me resulten llamativos. Así, en fases sucesivas, me servirá como material de referencia para definir cualidades que no pueden expresarse por mera adjetivación.

A continuación esbozaré personajes. Todavía no sé cuantos, aunque vaticino que en su mayoría serán mujeres. Escribiré esbozos independientes de personas por las que sienta atracción, odio, empatía, ternura o compasión. Una galería de seres cualesquiera sin lugar de referencia alguno.

También necesitaré un mundo en el que desenvuelvan esos personajes. Sé que no será la realidad, puesto que jamás he sido capaz de entender sus reglas. Así que crearé una utopía o una fantasía. Me siento más a gusto en las utopías, mi imaginación no es tan extensa como para crear todos los detalles imprescindibles en un universo inventado. Aunque no descarto acercarme a una fantasía extraña y sencilla. En cualquiera de los dos casos tengo la seguridad de que ese mundo será oscuro.

Una vez que tenga los personajes y el escenario idearé la historia. No deseo un argumento genial o un enredo brillante, tan solo una trama que me proporcione la suficiente comodidad para trazar las líneas que cruzarán los caminos de los protagonistas sin recurrir a artificiosas fintas. Odio perder el hilo cuando estoy leyendo. O tener que retroceder unas cuantas páginas para entender por qué la historia ha llegado a ese punto.

Entonces llegará el momento de definir cada capítulo, de distribuir el contenido y el tono de la narración en partes. Cuando tenga esta estructura anotaré en cada título uno o varios libros de referencia para predisponer mi mente a la emoción requerida apoyándome en su lectura. Siempre han influido de manera perceptible las letras en mi estado de ánimo. Quizá deba incluir también algún musical a la par que los libros.

En ese momento ya lo tendré todo preparado para redactar la historia capítulo a capítulo. Supongo que lo haré en desorden, confiando la distribución de mis esfuerzos al interés o las ganas. Cuando el libro haya tomado forma lo leeré de principio a fin para realizar anotaciones que me ayuden a aligerar o espesar la mezcla. Ése es el manuscrito que mecanografiaré en el ordenador.

Finalmente, tras las oportunas correcciones, lo distribuiré a mi gente, que su opinión tal vez sea la única con la que voy a contar.

No va a ser un trabajo de unas semanas, sospecho que ni siquiera de unos meses, y el resultado tal vez sea ilegible y tedioso. Pero quiero hacerlo. Y hacerlo con calma, disfrutando de cada una de las etapas. Solo por dejar de repetirme una y otra vez aquello de voy a escribir un libro.

9 comentarios:

Eulalia dijo...

Fascinante la planificación.
Los dos libros que yo he escrito hasta ahora son producto de la era del ordenador: sin él sería incapaz.
Yo empiezo, y luego va saliendo, pero estoy de acuerdo contigo en que cada cual nos buscamos la vida a nuestro modo.
Lo mejor es que nadie te obliga a hacerlo, y sólo tú te impones horarios y metas.
Yo disfruto cuando, a veces durante días, tengo que buscar la palabra adecuada, y finalmente la encuentro.
Me gustará leerlo, si quieres. (Incluso sin terminar).
Un beso.

Alnitak dijo...

Qué suerte que hayas sido capaz de tomar esa determinación! Yo todavía no tengo las cosas tan claras como para poder hacerlo, y además, yo también necesito el ordenador. Me permite mucha más libertad. Emborronar una hoja con tachones y flechitas no es lo mío...

Alice ya no vive aquí dijo...

Escribir un libro no es tan complicado, casi todo el mundo ha escrito alguno o aspira a hacerlo.
Escribir un libro bueno es otra historia. Pero si no se aspira a tanto, todo es cuestión de ponerse manos a la obra

Después ya sólo tendrás que plantar un árbol y tener un hijo ;-)

if dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Hace años que quiero escribir un libro, por lo menos 10. Una vez incluso hice un esbozo con personajes y una historia pero no lo desarrollé, aún estará guardado por ahí. Y no es falta de inspiración sino falta de ganas de trabajar.

Quizá algún día...

Anónimo dijo...

Beta Blogger me odia. Llevo días sin poder comentar y hoy no puedo usar mi perfil. ¡Y ME CAMBIA EL NOMBRE!

Soy if... jo.

Anónimo dijo...

Tendré que tomar esa determinación algún día para afirmar que he hecho algo en la vida, dado que todos los árboles que planto se me mueren.

Wanda◦○ dijo...

Pareces un hervidero de ideas ... y además son buenas jodía !!
Espero y deseo tener el privilegio de poderlas leer en algún momento.

Ale dijo...

ánimo niña! y ve contándonos por donde vás de vez en cuando, quizás eso te ayude tambien. un beso y suerte (yo no he conseguido nunca llegar ni casi al planteamiento)