08 enero 2007

Maremoto

Descubro, sorprendido el asfixio, que ya no queda aire a ras de suelo. "Será porque nos lo hemos bebido todo", pienso. Nos elevamos medio metro y comprobamos que el ambiente sigue tan enrarecido como abajo.

Contenemos la respiración mientras nos hacemos señas de buceador con ojos sonrientes. Aleteamos en la primera dirección que se nos ocurre sin atisbar salida alguna y volvemos de nuevo al inicio. El aire se ha inundado por completo. Y las dimensiones han rotado sin sentido.

-¿Una enorme ola? -te dibujo improvisando un Pictionary submarino.
-No -aseguras meneando con energía la cabeza-, ¡te olvidaste de cerrar el grifo! -me explicas apuntando con el dedo.

Cuando consigo cerrar el dichoso grifo, el aire vuelve a ganarle la partida al agua. Los cabellos suspendidos retornan su peso a los hombros aliviando la sensación de ingravidez y nuestras desafiantes miradas chocan con nitidez. Todo lo que se escucha es un revoltoso silencio a la espera.

-¿Cuánto tiempo eres capaz de aguantar la respiración? -bromeas mientras vuelves a abrirlo.

5 comentarios:

Wanda◦○ dijo...

ohhhhhhhh ... que divertido !!
Vuelve abrir la pecera !!!
Quiero ver mis pelos flotando y tambien quiero saber si puedo aguantar más sin dejar mis pulmones llenos de agua !!

GlUubb .. glubBb ... abre el grifo !!!!

Nadia dijo...

Una vez me pasó algo parecido debajo de un edredón :)

Eulalia dijo...

Pezpleja me has dejado.
Un beso.

Alice ya no vive aquí dijo...

Complicidades de buceo, suena maravillosamente.

Anónimo dijo...

¡Me ha gustado mucho!